×
Gerardo Aguado
Gerardo Aguado
ver +
Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Actualmente es Diputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila. @GerardoAguado

" Comentar Imprimir
01 Octubre 2019 04:05:00
Gimme tha power
Escuchar Nota
Hace unos días se dio a conocer que la fracción de Morena en el Senado propondría ante el Pleno la desaparición de poderes en Guanajuato y Tamaulipas, ambos bastiones de Acción Nacional. El argumento: “No pueden con la delincuencia en sus estados”; como sacada de un mal chiste esta declaración, y por supuesto generó reacciones.

En lo personal, considero todo lo contrario, y es que en Tamaulipas, entidad donde pasé algunos meses hace tres años, y a la que le tengo enorme cariño, el tema del crimen organizado prácticamente ha sido un quiste con el que ha vivido aquel estado toda su vida, en la que además el Gobierno se acostumbró a transitar con ellos; gobiernos, por cierto, todos de extracción priista hasta que en 2016 soplaron vientos de cambio y llegó la alternancia en manos de Francisco García Cabeza de Vaca.

Si algo ha destacado en Tamaulipas es el esfuerzo y trabajo en materia de seguridad, al grado de ocupar hoy el sexto lugar nacional en generación de nuevos policías y segundo con mejores salarios para ellos, solo por debajo de Nuevo León.

Incluso, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Tamaulipas hoy es semáforo verde en delitos de alto impacto, algo que hace apenas cuatro años sonaba imposible. Entonces, ¿por qué, a sabiendas de la historia violenta de Tamaulipas y el esfuerzo que ha significado pacificarlo y transfórmalo, hoy Morena, “mordiéndose la lengua” –porque no me digan que Sheinbaum lo está haciendo bien en la CDMX o Cuitláhuac García en Veracruz– amaga con la solicitud de desaparición de poderes en esta entidad y en Guanajuato? Muy sencillo: estrategia electoral, “desvío de atención” por lo que sucede en las entidades gobernadas por ellos y la fallida estrategia en materia de seguridad del Gobierno de México.

Todas –como estrategia–, igual de importantes para los “morenos”, sin embargo, la teoría de la estrategia electoral cobra mayor sentido; el movimiento de “degeneración” de Lopez Obrador comienza ya a calentar para la renovación del Gobierno estatal en Tamaulipas, y hoy por increíble que parezca, el partido que figura después de Acción Nacional es Morena, el PRI, que duró 80 años en el poder, ya no pinta en Tamaulipas (ni en muchas entidades), y se ha convertido en un partido testimonial, poniendo la carrera prácticamente entre dos.

Lejos de funcionar, la estrategia de los senadores de Morena fue fallida y les pudiera hasta salir “el tiro por la culata” –como con la intentona en Baja California para aumentar el periodo de Bonilla–, generando repudio entre los tamaulipecos y guanajuatenses, quienes se han manifestado en contra de esta solicitud.

Por su parte, en el caso de Guanajuato, estado de avanzada en el que los gobiernos de Acción Nacional –y ahí están las cifras– han dado grandes dividendos a la entidad, ocurrió lo mismo, justo después de que el Gobernador panista, Diego Sinhue, diera a conocer que había desigualdad en la distribución de los recursos federales. A manera de revancha política, y buscando generar mal ambiente social, lucrando con la seguridad y por supuesto en la búsqueda de desgastar el bastión más azul del país, amagaron los legisladores de Morena con el mismo absurdo.

Hoy pareciera que legisladores federales, locales, gobernadores y hasta alcaldes de extracción morenista se han empachado de poder. No pueden ser la agenda de nuestro México las grillas y amagues constantes, que amenazan por sobre todas las cosas: la democracia, la sociedad, la autonomía de los poderes en los estados y el federalismo. Hoy Morena –ya no sé si con la venia de su líder Andrés Manuel, porque flaco favor le hacen– pide a gritos tener “todo, todo el power”, porque ya lo probaron y tengo la ligera sospecha de que les gustó. A ver cuánto les dura.
Imprimir
COMENTARIOS