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Gerardo Aguado
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Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Actualmente es Diputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila. @GerardoAguado

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03 Octubre 2020 04:00:00
Escuela en casa
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No debemos confundir la educación en casa o “Homeschooling”, como se le conoce también, con otras formas de educación, como lo es la educación a distancia o virtual o el sistema mixto que combina clases presenciales y virtuales, justo como se hace ahora que enfrentamos la pandemia generada por la Covid-19.

La educación en casa es un derecho al que los padres pueden apelar si desean educar a sus hijos en el seno del hogar, y no tiene relación con actividades clandestinas o con la evasión de la responsabilidad de educar a los hijos en el nivel básico como lo establece la Constitución federal. Nada de eso. Es un derecho, una opción, un camino y una forma que los padres o tutores de los niños pueden elegir.

Mucho antes de la pandemia, hablamos del año 2017, se calculaba según datos conocidos, que existían más de 5 mil familias en México que practicaban la educación en casa; de ese universo, más de 50 en Coahuila.

Educar a los hijos en casa, de acuerdo con las experiencias recabadas, puede hacerse de distintas formas, siendo la más tradicional, que los padres, ambos o uno de los dos, se encarga de apoyar, instruir y supervisar la educación que reciben sus hijos, desde el nivel preescolar hasta la secundaria e incluso
el bachillerato.

No es un acto de rebeldía, ni de rechazo al sistema oficial o incluso el privado. Es solo una opción que los padres pueden elegir para educar a sus hijos en un entorno y circunstancias que consideran más favorables para ellos, o que, por motivos de seguridad para sus hijos lo consideran apropiado.

Si bien el aspecto económico puede jugar un papel a la hora de optar por la educación en el hogar, esto es relativo, pues los niños y adolescentes educados de tal forma deben adquirir libros, cuadernos y todo el material didáctico que solicita una escuela convencional, incluso, en muchos casos, se realizan gastos mayores en material didáctico que en un sistema tradicional, por ende, el aspecto económico en cuanto a libros y material escolar no guarda relación con la decisión de educar a los hijos en casa.

No se trata de un juego, los gobiernos siguen teniendo el derecho de tutelar que los padres que optan por este sistema, en verdad cumplan con educar a sus hijos en casa y que estos obtengan las certificaciones correspondientes.

En mis recorridos como legislador, me he topado con gran cantidad de padres de familia que preguntan por la educación en casa, por su legalidad y su viabilidad, para la mayoría, incluso en sus mentes creen que es una utopía, algo que no existe. Y muestran un enorme interés en explorar este método de educación.

Como ya se aclaró, las dos dudas principales han quedado resueltas: la educación en casa es un derecho constitucional de los padres y los niños. Y segundo; los estudios realizados en casa se validan antes las autoridades educativas mediante las evaluaciones que estas acuerden con los padres o grupos de padres que practican la educación en casa.

Debemos garantizar desde nuestra Constitución este derecho para bien de todas y todos los coahuilenses.
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