×
Gerardo Aguado
Gerardo Aguado
ver +
Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Actualmente es Diputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila. @GerardoAguado

" Comentar Imprimir
02 Mayo 2020 04:00:00
El extremista
Escuchar Nota
Me voy a permitir mencionar varios apuntes que hacen Steven Levitsky y Daniel Ziblatt en su bestseller Como Mueren las Democracias porque es un libro que estoy leyendo a fuego lento, justamente en estos tiempos de confinamiento, y digo a fuego lento porque tiene momentos y ejemplos épicos, como para justificar la posibilidad de dar reversa y/o detenerse en la lectura para hacer apuntes y reflexionar. Es un libro que amplía el panorama de lo que por definición entendemos como dictadura, autocracia y
extremismo.

En la actualidad como dice el libro, los golpes militares y otras acciones para usurpar el poder por medios violentos son poco frecuentes, las quiebras democráticas ya no las provocan generales o soldados, si no los propios gobiernos electos. En la actualidad, el retroceso democrático comienza en las urnas.

Los autócratas como AMLO mantienen un disfraz de demócratas, pero en cada una de sus acciones, lo que hacen es poco a poco destripar la democracia hasta dejarla sin contenido y quienes los critican desde la oposición o grupos de ciudadanos y empresarios son descalificados como exagerados y alarmistas.

El estudio que hacen los autores del libro, de otras democracias en crisis nos permite entender mejor los retos y la situación actual que afronta la democracia mexicana. El enfoque comparativo que se realiza en el libro revela cómo los autócratas y extremistas de distintas partes del mundo emplean estrategias asombrosamente similares para subvertir las instituciones democráticas, ya sea llenándolas de perfiles afines, instrumentando los tribunales, desdeñando los organismos públicos autónomos y reescribiendo las reglas de la política para inclinar el terreno de juego en contra de sus adversarios.

“La paradoja trágica de la senda electoral hacia el autoritarismo es que los asesinos de la democracia utilizan las propias instituciones –o poderes– de manera gradual, sutil e incluso legal –con reformas a la ley– para liquidarla”.

Todo esto sale a colación, por la reforma que el presidente López Obrador plantea realizarle a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, para que el Artículo 21 permita la reordenación del gasto público en caso de emergencia económica.

Este asunto, plantea una serie de conflictos comenzando porque las previsiones para emergencias económicas ya existen en esta Ley, pero es atribución del Poder Legislativo y la propuesta de AMLO busca invadir la esfera de atribuciones del Congreso de la Unión para atribuirse esta decisión.

Además, la reforma carece de legalidad, certeza y seguridad jurídica, porque no determina los alcances de lo que debe ser considerado emergencia económica, ni las autoridades o parámetros que la determinarán.

Actualmente la ley establece que las iniciativas de Ley de Ingresos y de Presupuesto de Egresos podrán prever un déficit presupuestario. En estos casos, el Ejecutivo federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda, al comparecer ante el Congreso de la Unión con motivo de la presentación de dichas iniciativas, deberá dar cuenta para efectos de su aprobación de los siguientes aspectos:

1.- El monto específico de financiamiento necesario para cubrir el déficit presupuestario;

2.- Las razones excepcionales que justifican el déficit presupuestario, y

3.- El número de ejercicios fiscales y las acciones requeridas para que dicho déficit sea eliminado y se restablezca el equilibrio presupuestario.
Sin embargo, a pesar que en la ley contempla dicha acción, el Presidente quiere por sobre todos los medios tener el poder de decidir qué hacer con el dinero de todos los mexicanos, sin dar parte al contrapeso legislativo.

Ojo, este tema cobra especial importancia porque las acciones del Presidente en medio de la crisis demuestran una estrategia que ya ha sido utilizada por extremistas a lo largo de la historia política del mundo, ya que los autócratas como AMLO suelen usar crisis económicas, desastres naturales, y sobre todo amenazas a la integridad y salud para la adopción de medidas antidemocráticas.

Y es que ante situaciones de esta índole siempre es más probable que la ciudadanía tolere medidas autoritarias, sobre todo, porque temen por su propia protección. “Para un demagogo, que se siente asediado por la crítica –como AMLO– y cautivo de las instituciones democráticas, las crisis abren una ventana de oportunidad para silenciar a la crítica y hacerse de poder absoluto”.

Ruego porque esta reforma no se llegue a dar, seguramente no será la única de estas características y que busque desarticular los poderes y contrapesos, pero paso a paso, quienes creemos en la democracia debemos desmantelar y señalar dichas acciones. “La combinación de un autócrata en potencia y una grave crisis, puede por ende, ser letal para la democracia”.

Imprimir
COMENTARIOS