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Gerardo Aguado
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Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Actualmente es Diputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila. @GerardoAguado

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19 Octubre 2019 04:06:00
Camino al infierno
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La noticia de lo ocurrido ayer en Culiacán, Sinaloa, la vivimos todo México en tiempo real; fue una noticia con corresponsales de todo tipo, desde el reportero de oficio, hasta la madre y padre de familia, que, valientemente resguardaba a sus niños detrás de las llantas de sus automóviles en plena calle, y que a su vez nos compartían su realidad, su triste realidad, qué digo, nuestra triste realidad.

Las declaraciones oficiales del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, fueron que a las 15:30 horas una patrulla integrada por 30 elementos de la Guardia Nacional y Sedena se encontraba realizando un patrullaje de rutina en el fraccionamiento Tres Ríos, en Culiacán; y que desde una casa en dicho fraccionamiento comenzaron a disparar contra las patrullas, pero estos repelieron la agresión y tomaron control de la vivienda. En su interior había cuatro personas, entre ellas Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo”, quien fue capturado.

Al ser trasladado a la Fiscalía, integrantes del cártel de Sinaloa dispararon contra los elementos de las Fuerzas Armadas, provocando balaceras principalmente afuera del inmueble de seguridad estatal.

En los “planes improvisados” (y digo improvisados como burla, porque tienen mejor planeación que nuestras autoridades con toda la información, tecnología e inteligencia) de los miembros del cártel, también estuvo el ir a tumbar un muro de la prisión, dejando así en libertad a 51 reos (cifra oficial hasta el momento) dándoles armas para pelear contra los uniformados.

Cuál fue nuestra sorpresa que horas después se informó a todo México que se tomó la decisión de liberar al detenido para restablecer la paz.

Preservar la seguridad nacional no se interpreta como elegir liberar a un criminal, para preservar la paz. La Constitución faculta al Presidente de la República herramientas para preservar la seguridad nacional y donde puede disponer de la totalidad de las Fuerzas Armadas. No le dice que puede disponer de su criterio para detener o liberar criminales.

Desgraciadamente, ayer nos dimos cuenta de que el Gobierno federal no tiene un plan de seguridad ni estrategia, ni personas calificadas en el Gabinete, ni valor como estado de derecho. Que es una realidad –que no da risa– que AMLO al decir “Fuchi, Guácala”, es literalmente como da la importancia al problema de la delincuencia organizada, y sobre todo al problema del narcoterrorismo.

López Obrador le acaba de dar una nueva arma a los cárteles: las personas como moneda de cambio.

La lucha duró varias horas, tiempo suficiente para que el Gobierno reaccionara y movilizara todas las Fuerzas Armadas para reforzar Culiacán. Me parece que lo ocurrido ayer fue una humillación y un precedente terrible de rendición ante los criminales que puede cambiar el rumbo del país en materia de seguridad.

La humillación no es de cara al mundo, la humillación tampoco fue del narco al Presidente, la verdadera humillación, fíjense bien, fue del Presidente a la nación.


Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Actualmente es Diputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila.


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