Historiadores comparten los amores de Beethoven

Monterrey, NL.- La obra de Ludwig Van Beethoven nos llega con la misma energía y pasión que cuando fue escrita.

Entre sus maravillosas creaciones, que navegan desde el Neoclásico hasta los inicios del Romanticismo, existen sonatas y canciones dedicadas a mujeres que él apreciaba de especial manera, sentimientos íntimos que plasmó en cartas dirigidas a familiares y amigos.

El genio musical compuso la música de la poesía a "La Amada Lejana": Hacia los lejanos pastos donde a ti, amada, te encontré. Lejos, separado estoy de ti. Montañas y valles median entre nosotros y nuestra paz, nuestra felicidad y nuestro dolor...

Beethoven volcó sus sentimientos en la mujer de sus sueños y en el amor no bien correspondido que hizo su vida tormentosa, pero también, una vida que llenó de armonía, esperanza y amor hacia la humanidad y la naturaleza.

Una carta sin fecha encontrada en un cajón de su habitación después de su fallecimiento, está dirigida a su Amada Inmortal:

"Mi ángel, mi todo, mi yo..., mi corazón está henchido de tantas cosas como he de decirte. Donde quiera que esté, tú estás conmigo... ¡Ay, Dios mío! ¡Qué vida tan terrible sin ti! Tan cerca y tan lejos! Todos mis pensamientos van hacia ti, mi amada inmortal, unas veces alegres y otras tristes, interrogando al destino si nos concederá lo que le pedimos. ¿Porqué han de separase dos que se aman? Y a pesar de todo, mi vida está llena de pesares. ¡Adiós! Sigue amándome y no menosprecies nunca el corazón de tu amado Ludwig. ¡Eternamente tuyo, eternamente mía, eternamente unidos!".

¿Qué razón misteriosa impidió la felicidad de estos dos enamorados? Tal vez la falta de solvencia económica o la diferencia de condición social.

Quizás también Beethoven se desesperó ante la humillación de tener que ocultar su amor. Finalmente, el noviazgo se deshizo, pero ni uno ni otro pareció haber olvidado nunca su amor.

Citaremos algunas mujeres en la vida de Beethoven, una de las cuales pudo haber sido la Amada Inmortal que menciona su famosa carta:



GIULIETTA GUICCIARDI
A sus 30 años, Beethoven le da clases de piano a una "querida y encantadora muchacha". Giulietta de 15 años es hija de un consejero de la Corte.

Ella tiene una devoción apasionada por el compositor y éste le dedica la Sonata quasi una fantasía, Opus 27, después llamada "Claro de Luna".

No es seguro que Beethoven le haya propuesto matrimonio a Giulietta y que ella hubiera estado dispuesta a aceptarlo. Pero en caso afirmativo, el padre no le habría dado la mano de su hija porque no le veía a Beethoven un futuro promisorio, además, el artista estaría descalificado por su temperamento recio e incipientes enfermedades.

El padre sufría problemas económicos y buscaba casar bien a su hija, lo que consiguió tiempo después con el conde Wenzel Robert von Gallenberg. El casamiento no tuvo final feliz y Giulietta tal vez se arrepintió de haber consentido la decisión de su padre.



TERESA DE BRUNSWICK
A Teresa de Brunswick y a Josefina Deym, primas de Giulietta, Ludwig les dedica en 1802 una sonata para piano a cuatro manos con variaciones sobre una lírica de Goethe: Pienso en ti cuando veo brillar la luz del sol; pienso en ti cuando la luz de la luna juega con las fuentes... Estoy contigo, por lejos que estés, siempre estás a mi lado.

No se ha podido saber si Ludwig se dirigía en esta poesía a una de las dos jóvenes, pero también cabe suponer que la Amada Inmortal fue Teresa, puesto que estuvo, durante algún tiempo, prometida a Ludwig.

Se sabe que ella le había regalado un retrato con esta dedicatoria: "Al genio sin igual, al gran artista, al hombre bueno. T. B.", y la misma Teresa contaba que en mayo de 1806 se comprometieron con el consentimiento de su hermano.

ANTONIE BRENTANO
Ella era hija de un diplomático, nació y creció en Viena. Antonie sufría de frecuentes episodios de enfermedad y Beethoven iba a su casa a tocar el piano frente a su dormitorio.

En una ocasión, el artista estaba tocando el piano con tanta furia que la hija de Antonie, entonces viuda, corrió y le vació una jarra de agua sobre su cabeza.

Beethoven dedicó a Antonie las Variaciones sobre un tema de Diabelli Op. 120 y se dice que también sus dos últimas sonatas para piano y las canciones mencionadas en un principio: "A la Amada Lejana".



MÁS MUJERES
Los biógrafos mencionan otras mujeres cercanas a Beethoven que podrían también ser destinatarias de la carta. Ellas son:

- Teresa Malfatti, a quien Beethoven probablemente dedicó la famosa bagatela "Para Elisa".

- Magdalena Wilmann, cantante a quien se dice que Ludwig un día le propuso matrimonio.

- Cristina Gerardi, cantante toscana que colaboró con el maestro en sus conciertos.

- La condesa Anne-Marie Erdödy, pianista sobresaliente en cuya casa el compositor moró largo tiempo ya que estaba delicada de salud y a la que escribió cartas particularmente tiernas y hermosas.

- María Bigot, otra pianista que ejecutó un día la recién concluida Sonata "Appassionata".

- Ana Milder, la primera cantante de la ópera "Fidelio".

- Amalia Sebald, dotada de "una voz encantadora".

- María Pachler-Koschak, a la que Beethoven escribió: "No he encontrado antes de ahora quien ejecute mis composiciones también como usted".

- Fanny del Río, cuyo padre dirigía el instituto el cual confió Beethoven la educación de sus sobrinos. El diario de Fanny contiene valiosos elementos sobre la personalidad de Beethoven y es a un tiempo el conmovedor documento de un amor de niña que surge paulatinamente de su admiración por el genio.

En fin, el corazón de Beethoven nunca tuvo una verdadera dueña y la carta podemos decir que fue dedicada a un amor idealizado, en medio de una tempestad de sentimientos que sólo logró aplacarse naufragando en la música y persiguiendo el sueño de un amor puro y sublime.

El autor es concertista y promotor musical
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